LLEGASTE EN UN BARCO CUALQUIERA
Llegaste en un barco cualquiera
en tercera, con otros inmigrantes.
Con
piedras y viejas maderas de cajones
pusiste, en Barracas, tu ciudad.
En tu primera carta a Faride le decías:
que estabas en el sur
le
hablabas de tus amigos los feriantes
como si hablaras de guerreros.
Faride Faride estrella luminosa
tengo en mi corazón tu pecho ametrallado.
Aquí estoy en el sur
donde el amor sólo acontece al amanecer
cuando recuerdo tu mirada.
Del Río de la Plata puedo decirte
que es ancho y generoso como nuestro mar
sin embargo
no tiene embarcaciones
y nadie muere en él a causa de la pesca.
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