12 de octubre de 1976, Madrid.
Sepan cristianos, ustedes me mataron un amigo
Una carne temblorosa
Sepan que sé
que no existe ninguna buena razón para vivir.
Goce, amor, inmortalidad
y otras tonterías que inventaron los hombres
no son buenas razones.
La idea del desierto
me desespera.
Amo la cárcel
adoro las mutilaciones del beso mortal
y sin embargo
estoy en libertad.
Puedo escapar ahora
ser como el alto viento que pronuncia el fin del universo.
No me dan ganas
me seducen las ternuras de los humanos
La rabia de su razón.
El amor que tienen por los muertos.
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