TORO SENTADO EL VISIONARIO -II-
Pequeño árbol de la colina,
estalla en la señal.
Desde sus raíces,
fuegos artificiales
se encienden
entre el aromático perfume.
Quiero decir
que nuestro pequeño águila de trueno,
también,
ha muerto.
Dulzura,
la dulzura de sus labios,
su vuelo etéreo.
Su franca risa,
cuando se burlaba de la guerra.
Conocer,
conocía -murió por eso- en la propia colina,
el estallido sangriento,
del árbol del amor.
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