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El era un hombre gordito...
El era un hombre gordito, retacón y doliente.
Se quejaba de todo lo que vivía sobre el mundo.
Su madre era un poco puta y su padre algo borrachín.
Los dos creían en Dios, con fe y amaban a la Virgen.
El transcurrió su infancia rodeado de pureza.
Nunca vió, ni escuchó nada de sus padres amando.
Cuando la desesperación lo llevaba hasta el límite,
se masturbaba con ideas abstractas, alguna santa, Dios.
Aprendió muy joven a despreciar a todas las mujeres
y su primer amor fue el cura de su barrio, Don Pepito.
Se pasaban horas hablando del mal que lleva la mujer.
Después, ahora, sigue siendo un gordito retacón y doliente.
Pasea por los baños públicos espiando las braguetas ajenas
y viejas prostitutas callejeras son todo su delicado amor.
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