IV
A los pobres nos pasa,
todo en nuestro cuerpo.
Morirnos jóvenes o,
nos endurecemos.
Nos vamos haciendo de granito,
vamos uniendo unos contra otros,
nuestros sentimientos y,
sin embargo, sabemos:
Un hombre a cierta edad
no necesita estar unido a nadie
para pretender cambiar el mundo.
No necesita estar unido a nadie,
para decir:
Yo soy la humanidad.
|