TAL VEZ YA
NO LO PUEDA NI DECIR
Era un amor perdido en las distancias,
desde el Mediterráneo hasta los Andes.
Amor de madre que no tuvo hijo.
Esperanza de un pobre sin trabajo.
Era un amor que cuando imaginaba,
imaginaba detenido el viento sur.
Era un amor que se dejaba amar,
sin pasión, sin fuego, sin canciones.
Era un amor que se negaba
hasta en los bellos sueños.
Un amor que en el mundo
nadie pensaría como amor.
Era un amor de la piel y la piedra.
El desierto y una pequeña lágrima.
Era un amor que nadie alcanzaría:
amor del exiliado con la ciudad natal.
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