Poemas olvidados

Miguel Oscar Menassa, 2021

 

 

ABISMOS DE PENUMBRAS

 

Abismos de penumbras,
de grises deslumbrantes
donde, aun lo que brilla,
no es lo verdadero.

Ahí donde los sueños
bordan, silenciosos,
próximos desvaríos,
la niebla se hace niebla

y la luz,
antes de que yo
cumpliera 64 años,
ya era luz.

Hoy mismo, al desayuno,
sobre el pan tostado,
vi cabalgar luciérnagas
tratando de alumbrar

la sombra de mí mismo
que, acompasadamente,
como final de un acto silencioso,
caía sobre mí. 

Di un paso para atrás,
como en el tango, y le dije:
“Tú eres mi sombra,
pero el que te persigue soy yo.”

Caballos hubo siempre,
en la calle, en los hipódromos,
en el trabajo, en la policía
y en la mesa de comer
en la casa de mi abuela. 

Un caballo percherón,
tierno pero un poco gordo,
sentado en una sillita,
sus patas más delanteras,
sus manos, quiero decir,
en perfecta posición
sobre la mesa
con delicadeza extrema,
esperando que un humano
le pida permiso a Dios
para empezar a comer.

Después, también, he montado
caballos azul y blanco
como banderas de patria
que después abandoné.

Hoy, sin más, amo la rosa
donde gualda y grana aguardan
que me entregue a los colores
que dan vida a lo español. 

Rojo enamorado, furia española.
Rojo sangre de toro, nuestra crueldad.
Rojo, pequeñas gotas perdidas en el bosque,
algún soldado ha muerto, un hombre lo mató. 

Quiero ganarlo todo,
pero el gualda me acompaña,
amarillo maricón,
de mala suerte encumbrado.

Fuerza, sí tengo,
hasta tengo amor,
sólo me falta que el gualda
me quiera vivo, hoy.


 

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