Hoy voy a
escribir un verso que nadie espera de mí
donde le diré a mi amada, amante, mujer, esposa,
arrebato sin mirada, cuerpo de nácar y anís, jazmín doliente:
amada, yo fui culpable de haber grabado en tu vientre,
cual potro, fuerte y servil, las señales de la vida,
sabiendo que he de morir.